A Pedro no le gusta donar
sangre, no lo cree necesario pues como el mismo dice para suerte suya su hija
goza de una perfecta salud al igual que su familia. Sin embargo, Liudmila
piensa de otra forma porque debe su vida a una oportuna donación de sangre y
desde ese instante sabe cuánto valor tiene recibirla cuando estas a punto de
morir.
Puedo comprender que
existen diversidad de criterios en el mundo, y que además, tenemos derecho a
ello, pero también sé que el humanismo es uno de los valores que nos
diferencian de otras especies animales.
Y a pesar de que hoy no se
tenga la necesidad personal eso no nos justifica porque en esa situación puede
estar un amigo, un vecino, en fin un ser humano y nuestro aporte constituye el
mejor regalo que podemos hacer.
También me preocupan los
varios meses que a los Comités de
Defensa de la Revolución se les hace difícil cumplir esta tarea por varios
factores entre ellos porque falta el
sentido de la responsabilidad.
Pedro mañana puede
necesitar una donación de sangre su hija o alguno de sus seres queridos y sin
miedo alguno ahora mismo puedo pensar en las ciento de personas que sin
vacilar estarían dispuestos a donar y
salvar su vida.
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