infinitas motivaciones que los unía en un mismo sitio. Una ráfaga de
uniformes, consignas elaboradas en el instante y canciones tarareadas,
acompañaban el trayecto.
Reencontrarse con la historia, esta vez desde el propio lugar de los
hechos, era mágico. Los 90 soñadores, delegados al Congreso Pioneril, en
esta oportunidad nombrado aniversario 55 de la Organización de Pioneros
José Martí y acompañados por varios invitados, tomaron de la mano aquel
rumbo lleno de encantos, que prometía quedar plasmado en lo más profundo
de su corazón.
Birán los esperaba, un sitio encantador, estar a sólo centímetros de
objetos tan valiosos, de la cuna que lo vio nacer, del pupitre que fue
cómplice de su sabiduría desde los 4 años de edad, todo esto era sin lugar
a dudas un privilegio infinito.
La estancia en el conjunto histórico fue breve, pero suficiente para
palpar sus raíces, para entender de dónde provenía tanta grandeza humana.
Fidel estaba cerca de los pioneros banenses, era uno más que corría entre
aquellos árboles enormes que desprendían una brisa inigualable.
Los que tuvieron la oportunidad de tomar unas instantáneas lo hicieron,
otros elaboraron algunas preguntas inteligentes y establecieron una reñida
competencia entre los libros de historia de Cuba y el conocimiento
admirable de Lázaro Castro, historiador y director del lugar, quien tuvo a
su cargo toda la explicación que acompañó el recorrido.
De regreso , con la imagen impregnada de aquel lugar fantástico lleno de
anécdotas e historia, retomamos el camino a la Villa, lugar que será
testigo de sus travesuras durante estos días de congreso.
La motivación sigue siendo la misma, el 90 cumpleaños del líder cubano
Fidel Castro Ruz, quien los impulsa a continuar formando el futuro.
Me atrevería a asegurar que son sueños, pero estoy convencida que son
sueños, que reencarnan historias.
Por: Heidis Santiesteban
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