sábado, 23 de mayo de 2015

Trilogía de amor

A sus 28 años de edad, Yulisey Tamayo Sánchez, es madre de tres niñas. A
muchos pudiera parecerles algo normal, pero para otros que le conocen, no
sucede igual. Lo cierto es que esta madre tuvo el privilegio de incubar en
su vientre un embarazo gemelar, una dicha que al decir de ella, le
obsequió la vida.

Su primera hija la concibió a los 21 años de edad, no fue planificada,
pero si bienvenida. Yennifer, nombre con el cual la bautizó, cursa ya el
segundo grado de la enseñanza primaria. Ella también fue feliz cuando hace
poco más de 4 meses recibió la noticia.

Yuli, como suelen llamar a esta progenitora por partida doble, presentó
síntomas anormales, junto a un atraso de su ciclo menstrual y aunque
sospechaba cual era la causa, lo que menos imaginaba era que el destino le
deparaba un binomio femenino.

Al recibir las felicitaciones dobles del médico, preguntó el por qué y
grande fue su impresión al saberlo. Esta madre banense ingresó a las 20
semanas como está establecido en el hogar materno del territorio donde
recibió la atención requerida y tuvo una gestación saludable, hasta que
por la vía de cesárea nacieron sus pequeñas Yeisy y Yeily.

Los respectivos nombres fueron los preferidos por los padres para las
gemelas, dada su sencillez y parecido. Para escoger cual sería el de cada
cual, lo decidieron según su orden de aparición al mundo fuera del vientre
de mamá, una estrategia a su gusto.

Yulisey es ahora una madre, y ama de casa ocupada en los quehaceres
domésticos, por partida doble. Recibe el apoyo y ayuda de vecinos y
familiares para el cuidado de sus pequeñas gemelas, al decir de varias
personas, similares como dos gotas de agua, pero fácilmente identificables
para sus progenitores, baste para ello el amor de padres, ese que le
entregan sin dosificaciones y a dosis iguales.

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