martes, 24 de mayo de 2011

EL MÁS COMPLETO DE LOS HUMANOS

Hombre entregado por completo a su patria, Cuba, a la humanidad, a la verdad y a la justicia, con grandes pensamientos filosóficos y políticos, siempre con la sangre agolpándosele en las mejillas y el reclamo defensor de la libertad de su tierra en la garganta, ese era José Martí, o mejor, es José Martí, nuestro Apóstol nacional, titán que crece, se eleva por encima de las nubes y con gesto ceñudo vigila perennemente desde los rayos claros del sol, el bienestar de  las Américas, pues el pensaba que debían ser un solo pueblo, como un aldea gigante.
Pepe, como le llamaban de pequeño, nace el 28 de enero de 1953, hijo de los españoles Mariano Martí y Leonor Pérez, pero tan, o más patriota, revolucionario y cubano que ningún otro. En la juventud se destaca como simpatizante del levantamiento del 68 en La de majagua, por lo que al año siguiente es encarcelado y posteriormente deportado a España, donde toma el tiempo de la mano y estudia Filosofía, Letras y Derecho, elementos que servirían de aliciente para alimentar su magnífica forma de comunicarse con el resto de las personas y despertar en estas desde las ansias libertarias, hasta sentimientos más profundos, cómplices  de un gran respeto, sobre esto afirmó:  Mi trabajo es cantar todo lo bello, encender el entusiasmo por todo lo noble, admirar y hacer admirar todo lo grande.
A lo largo de su existencia desarrolla una labor incansable, destinada a acoplar a todos los cubanos residentes en el exterior en una masa homogénea de ideas. Cada una de las palabras pronunciadas o plasmadas en la historia por su mano, se encuentran cargadas ese desprendimiento característico que se encuentra en esos seres extraños, a veces desconocidos, personas que son capaces de entregarlo todo por el bienestar común. Un día antes de su caída en combate dejaría para la eternidad un cúmulo de planteamientos donde tomaría los vestidos de profeta anunciando un porvenir oscuro para América, solo evitable con la confabulación de ideologías, en ellas resumía: 
ya estoy todos los días en peligro de dar la vida por mi país y tengo ánimos con que realizarlo de impedir a tiempo con la independencia de Cuba, que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos, y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América
Muchas de sus acciones pasarían a lo insondable de la posteridad sin ser totalmente reconocidas, sacrificios, sufrimientos, anhelos y desdichas, todo colmado de un profundo silencio, pues como pronunciaba las cosas, para lograrlas han de andar ocultas.
Hoy se levanta indemne al tiempo como un gran inmortal, emanando su luz debeladora sobre el camino a transitar y sus posibles bifurcaciones, incitando a todos a tornarse en humanos, pues se puede ser persona, pero sin trabajo arduo no se puede ser como él, el más completo de los  HUMANOS. 
   

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