Al centro mixto Manuel Ascunce Domenech de Retrete llegué temprano, eran las 
6 de la mañana. Iba a reportar el inicio de una jornada  escolar. En espera 
de que abrieran las puertas madres y alumnos formaban una sociedad 
indisoluble con cánones y signos únicos en su comunicación.
Rodeados de altas montañas, la zona viene a ser una depresión geográfica 
ideal para admirar una hermosa alborada cuando el sol asoma lentamente 
detrás del lomerío.
Con los primeros rayos del astro Rey fueron llegando los profesores y demás 
personal hasta sumar el medio centenar de quienes en esa escuela laboran. Un 
equipo profesional mezcla de experiencia y juventud. Luego la alineación 
formal, informativa, de saludo y donde se orientaron actividades previas al 
aula.
 
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